Como actualmente existe una mayor conciencia social sobre los signos del autismo, los médicos observarán y evaluarán al niño, en cada control médico, para avaluar cómo se comunica, su lenguaje, su forma de pensar, sus emociones, su nivel de desarrollo, su salud física, sus habilidades sociales y sus habilidades para ayudarse a sí mismo.
También preguntarán a la familia sobre lo que les preocupa, así como sobre el nacimiento, el crecimiento y el comportamiento del niño y los antecedentes médicos de la familia, les harán preguntas a los padres sobre lo que les preocupa de sus hijos y les harán pruebas diagnósticas a los niños en los controles de los 18 meses y de los 2 años.
Si el niño presenta síntomas preocupantes que indiquen un trastorno del espectro autista, lo derivarán a un especialista, puede ser un psiquiatra o un psicólogo infantil, médicos que tratan trastornos del desarrollo, terapeutas ocupacionales o del lenguaje, un neurólogo pediátrico o un pediatra del desarrollo, para que le hagan una completa evaluación, quienes podrán hacer lo siguiente para poder dar un diagnóstico preciso: